CONÓCENOS

NUESTRA HISTORIA
IGLESIA LA TRINIDAD

Todo comenzó en 1983 cuando Alfred Cooper, actual pastor titular de nuestra iglesia, junto a su esposa, Hilary, se reunían con un grupo de cincuenta personas provenientes de la Iglesia Anglicana de Providencia. De esta forma, se dio inicio a nuestra iglesia La Trinidad. 

Hoy somos una iglesia que ama a Dios y su segunda venida, por eso buscamos llevar el evangelio de Cristo a todas partes, para que vidas y familias puedan ser transformadas por su amor. Tal como ya lo ha sido para muchos de los que asisten. Es por esto que buscamos alcanzar multitudes a través de distintas plataformas como la televisión (Hazte Cargo), redes sociales, etc. 

Es también un enfoque muy importante el discipulado. Deseamos cuidar y dar un hogar a todas las personas que conforman nuestra iglesia para que puedan permanecer en las enseñanzas de la Palabra y dar fruto abundante en sus vidas y en la de las personas que las rodean.

Con todo nuestro corazón queremos ver a esta generación transformada y apasionada, desde el más joven hasta el que más ha caminado. Soñamos con ver una generación que ama la verdad en lo secreto y que anhela una intimidad con el Padre. Una generación entendida en los tiempos y que busca como primera cosa, hacer la voluntad de Dios.

EQUIPO PASTORAL

Alfred Cooper

Obispo

Juan Luis Navarro

Pastor

Guillermo Martínez

Pastor

Julio Bustos

Pastor

¿Quieres comunicarte con alguien del equipo pastoral?

CONCILIO

Anita

Leiva

Alexandra

King

Ariel

Comisso

Benjamin

Lira

Beltrán

Orrego

Pietro

Corsi

Cristian

Barría

Mario

Pardo

Emilio

Rivas

Roberto

Winckler

Ingrid

Golborne

¿EN QUÉ CREEMOS?

Somos una iglesia sostenida por las verdades eternas que se encuentran contenidas en las enseñanzas de la Biblia. Nuestros fundamentos teológicos incluyen, entre otros, los siguientes:

La Biblia

Creemos en la Biblia como la Palabra de Dios, necesaria y útil para todas las personas. Escrita por autores humanos bajo la guía sobrenatural del Espíritu Santo. Por esta misma razón, la Biblia es verdad, sin errores y completamente relevante y práctica para nuestras vidas.

Salmo 119:11, 2 Timoteo 3:15-17, 2 Pedro 3:16.

La Trinidad

Creemos que Dios existe en relación consigo mismo por toda la eternidad. Él existe en tres personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, en comunión y unidad. Cada miembro de la Trinidad cumple diferentes funciones, sin embargo, cada uno es Dios y posee el mismo poder, autoridad y gloria. 

Isaías 61:1, Mateo 28:19, 1 Corintios 8:6, Hebreos 1:8-10.

El Padre

Creemos que Dios es grandioso, todopoderoso, omnisciente y omnipresente. Digno de toda honra y alabanza. Santo, amoroso, compasivo, justo y misericordioso. Fiel a sus promesas y a su pueblo.

Números 23:19, Salmo 11:4-6, Juan 3:16, Hechos 17:28, Romanos 3:3-4.

El Hijo

Creemos que Jesucristo fue completamente humano y completamente Dios. Él es el plan de salvación para reconciliar al ser humano con Dios. El Camino, la Verdad y la Vida. Él vivió una vida perfecta de tal manera de ser el sustituto por cada uno. Él venció a la muerte en su resurrección para que podamos tener vida eterna.

Isaías 7:14, Mateo 14:33, Romanos 1:3-4, Gálatas 4:4-5, 1 Timoteo 3:16.

El Espíritu Santo

Creemos que la vida en Cristo sólo puede ser vivida por medio de la presencia del Espíritu Santo. Él es quien revela las Escrituras, quien convence a las personas de su pecado, la justicia de Dios y el juicio venidero. El Espíritu Santo nos consuela, nos fortalece, nos equipa con dones espirituales y nos transforma a imagen de Cristo.

Salmo 51:11, Joel 2:28-32, 1 Corintios 3:16, Efesios 1:13-14.

La Eternidad

Creemos que el ser humano fue creado para vivir para siempre. Existirá separado de Dios por consecuencia del pecado o en unión con Dios a través del perdón y la salvación que se encuentran en Cristo. Estar eternamente separado de Dios es el infierno. Estar eternamente en unión con Él es el cielo. El cielo y el infierno son lugares de existencia eterna.

Juan 3:16, Romanos 6:23, 1 Juan 2:25, Apocalipsis 20:15.

El Ser Humano

Creemos que Dios creó al hombre y la mujer, objeto supremo de su creación y creados a su imagen y semejanza. Cada quien, con su unicidad, dignidad, y singularidad somos  creados para tener comunión con Dios, pero separados de Él debido a la desobediencia pecaminosa en Edén. Consecuencia de esto, el ser humano no puede lograr una relación correcta con Dios a través de su propio esfuerzo. Es sólo por medio de Jesucristo que puede ser salvo y restaurada su relación con Dios.

Génesis 1:26-30, Salmo 8:3-6, Jeremías 17:5, Romanos 1:19-32, Colosenses 3:9-11.

La Salvación

Creemos que el único camino a la salvación, al cielo, al Padre es por medio de Jesucristo. Su sangre derramada en la cruz fue el precio por los pecados de toda la humanidad. Cuando las personas ponen su fe en la muerte y en la resurrección de Cristo y le piden perdón por sus pecados, arrepintiéndose de su vida, son hijos e hijas de Dios. La salvación es un regalo de Dios, obra completa de Él. Imposible de lograr por esfuerzos humanos.

Isaías 1:18, Lucas 1:68-69, Gálatas 2:20, Efesios 2:8-10, Filipenses 2:12-13, Apocalipsis 3:20.

La Iglesia

Creemos que la iglesia es creada por Dios,  una comunidad de creyentes unidos por la fe en Cristo, comprometidos con sus enseñanzas y dispuestos a servir en cumplir la gran comisión de hacer discípulos a todas las naciones. La iglesia es la imagen visible de un Cristo resucitado, que expresa el amor y la gracia de Dios a un mundo que necesita saber que Jesús es la esperanza. La iglesia trabaja en amor, unidad y propósito en el poder del Espíritu Santo para traer el ministerio de Jesús a la tierra hoy y con el fin de glorificar a Cristo.

1 Corintios 7:17, Efesios 2:19-22, 1 Timoteo 4:14, 1 Pedro 5:1-4, Apocalipsis 21:2-3.

La Segunda Venida de Cristo

Creemos que tal como Jesús estuvo en la tierra, Él regresará. El día y hora nadie lo sabe, ni nadie lo podrá saber. Pero Jesús prometió regresar al final de los tiempos y en aquella ocasión todo ojo le verá y toda rodilla tendrá que doblarse ante Él. 

Juan 14:3, Apocalipsis 1:7, Mateo 24:36, 1 Tesalonicenses 5:1-2, Hechos 1:10-11.